jueves, 19 de diciembre de 2013

EFECTOS OPTICOS

Nuestras ideas y pensamientos son un reflejo de la realidad del mundo. Toda la información que tenemos nos llega a partir de un estímulo externo, el cual percibimos gracias al sistema sensorial (vista, oído, tacto, olfato y gusto). La información que filtramos con nuestros sentidos pasa posteriormente a ser procesada y modificada por nuestro cerebro, para ser comprendida y almacenada mediante los símbolos y el lenguaje, en el caso de los seres humanos.


martes, 17 de diciembre de 2013





 VICTIMIZACION



 
El concepto de victimización se hace presente a partir de la idea de víctima y de victimario. Podemos comenzar definiendo a la víctima como una persona que sufre el ataque o la desidia de otra persona. La víctima puede ser una víctima del maltrato físico, del maltrato verbal, del maltrato psicológico. Sin embargo, el concepto de victimización se abre un poco de esta definición debido a que supone ya un cierto grado de exageración en la condición que una persona determina de sí misma (o que otros determinan de ella) para considerarse víctima en situaciones que no necesariamente lo suponen. Para los especialistas en psicología, la victimización es una condición de la salud mental de una persona a partir de la cual esa persona se observa a sí misma como centro de todos los ataques y agresiones que pueden existir en una relación humana. Para muchos la victimización es una forma de llamar la atención sobre sí mismo pero de manera negativa. A diferencia de alguien que llama la atención sobre sí a partir de elementos que considera positivos, la victimización supone una visión negativa sobre la realidad que la persona en cuestión sufre.
Es importante entonces diferenciar el concepto de víctima del de victimización ya que el segundo supone, como dijimos antes, un grado de exageración o de falta de realidad sobre la situación específica. Así, es innegable que una persona que sufre un maltrato, como por ejemplo una mujer ante la violencia de su marido, es una víctima. Pero si ese marido utiliza el término victimización para referirse a su mujer en lugar de hablar de una víctima en sí, estaría queriendo decir que se exagera la situación por centrarse demasiado en el sufrimiento de uno mismo (independientemente de cual sea la realidad).
La victimización puede volverse un problema tanto para la persona como para los demás en tanto y en cuanto implica una visión alterada o no verídica de la realidad. Así, aquella persona que se victimiza permanentemente sufre por acciones o formas de comunicarse que son consideradas normales para el resto de la gente. También muestra una elevada susceptibilidad y esto definitivamente puede causar problemas si la situación no amerita preocupación o exageración sobre un acto particular.


                                   MISOGINIA

 
  

El odio hacia las mujeres es la manifestación extrema del conflicto entre lo masculino y lo femenino. Se expresa en múltiples formas: aversión, desprecio, control, exclusión, descalificación, discriminación, golpes, abuso, tortura, violación, mutilación, asesinato… Todo lo que comprende la palabra misoginia.

“La misoginia está ligada a la cultura, puesto que se encuentra en las sociedades que construyen sus valores desde una visión patriarcal, de dominio del varón. Aquí la mujer es desvalorizada por el simple hecho de ser mujer y su relación con el hombre se basa en la opresión y la desigualdad”, explica el investigador René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

El pensamiento misógino parte de la creencia de que la naturaleza dicta la superioridad masculina: la mujer es débil, el hombre es fuerte; la hembra calla, el varón habla; el ser femenino nació para el hogar y el cuidado de los hijos, el varón para desarrollar la mente.

Y hay más. El misógino encuentra justificación en la propia mujer: si el hombre la maltrata  y controla es porque ella lo provoca. Ni las leyes contra la violencia hacia las mujeres han puesto un alto a este prejuicio atroz.

Trato desigual
Se calcula que en el mundo, entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas sufren las consecuencias de la mutilación genital. Esta práctica consiste en alterar o lesionar los órganos sexuales femeninos. No tiene fines médicos, sino de control de la sexualidad femenina.

En tanto, la violencia intrafamiliar es la primera causa de muerte entre mujeres mexicanas  de 25 a 45 años por embolias, paros cardiacos, o suicidios por ansiedad y depresión.

Un estudio del investigador Jiménez Ornelas y colaboradores refiere que en México nueve de cada 10 víctimas de delitos sexuales son mujeres. Quienes deciden denunciar a menudo se topan con autoridades que las responsabilizan del delito.

La erradicación de la misoginia sólo puede ser posible en una sociedad equitativa, donde hombres y mujeres están en igualdad de condiciones para ejercer el derecho y responsabilidades.